Después de la carta hallada en el vehículo en el que huyó Gökmen Tanis, de 37 años, la hipótesis de un móvil terrorista gana fuerza. Fiscalía y Policía no consiguen establecer, de momento, ningún vínculo entre las víctimas y el atacante de Utrecht que dejó tres muertos y varios heridos. Aunque desde Turquía familiares de Tanis creen que se trata de un ajuste de cuentas.

La familia del presunto autor del tiroteo han asegurado a un medio turco que pudo haber actuado por asuntos familiares. Según su versión, Tanis disparó primero a una pariente y luego a quienes se acercaron a socorrer a la víctima. Por esta razón, consideran que las posibilidades de que fuera un ataque terrorista son mínimas.

Sin embargo, la Fiscalía no ha encontrado conexión entre las víctimas y el tirador y valoran seriamente la hipótesis terrorista. Han encontrado una carta en el coche en el que huyó y, cuando fue detenido, estaba armado. En cualquier caso, para esclarecer los hechos continúa el interrogatorio de Tanis, un viejo conocido de las autoridades por tener hasta nueve antecedentes policiales por delincuencia común.

Dos semanas antes del ataque, Tanis declaraba por un caso de violación a una chica con la que mantenía una relación. Según la víctima, él no es un terrorista, "es un psicópata", y añade: "Cuando estábamos juntos nos drogábamos". Además, Tanis tiene antecedentes por tentativa de homicidio, robo con violencia y conducir ebrio.

El padre del detenido ha hablado con varios medios locales y asegura que lleva sin hablar con su hijo desde 2008. Añade que si él es el culpable del asesinato múltiple, que lo pague. "No tengo comunicación con mi hijo desde hace 11 años. Nosotros no hablamos. Si hizo eso debería pagar por ello. No tengo información sobre su estado psicológico durante el ataque", ha dicho en unas declaraciones recogidas por la agencia privada Demirören.

También están siendo interrogados otros dos hombres que han sido detenidos por su supuesta vinculación a un tiroteo que empezó en la Plaza del 24 de Octubre a las 10:45 horas. Después del incidente, el sospechoso se trasladó hasta la calle de Amerikalaan, desde donde huyó en un Renault Clio de color rojo.

Horas más tarde, las autoridades encontraron el vehículo con el motor en marcha, y muy cerca de allí fue apresado el presunto autor de los hechos. Con el arresto, la ciudad pudo volver a respirar, sobre todo los que habían presenciado el crimen. "Vi a una mujer tumbada en el suelo. Pensé que era un accidente, pero entonces vi a un hombre que llevaba una pistola", ha relatado en una televisión holandesa Daan Molenaar, testigo de lo sucedido. La alerta terrorista se ha bajado al nivel cuatro en la provincia, el mismo estado que se mantiene en el resto del país, tras la detención del sospechoso del ataque.

"Si es un acto de terror, solo hay una respuesta: nuestro Estado de Derecho y nuestra democracia son más fuertes que la violencia", ha dicho el primer ministro en su primera comparecencia. Las condolencias también han llegado por parte de la familia real de Holanda, que se ha declarado "profundamente triste" por lo que ha calificado como un hecho "totalmente inaceptable". Hoy las banderas nacionales ondearán a media asta en los edificios oficiales en señal de duelo por las víctimas y sus familias. Ahora, los ciudadanos de Utrecht recuperan la normalidad, pero con las víctimas en el recuerdo.